Tal y como recomendamos anteriormente el libro de "Dibs en busca del yo" de Virginia M. Axline aquí les dejamos un pequeño ensayo acerca de diferentes elementos de la terapia de juego y el desenvolvimiento del niño en ésta.
“Dibs, en Busca del Yo” es un libro que refleja como muchas actitudes tomadas por los padres hacía los hijos pueden causar conductas no deseadas tienen como consecuencia daño para los niños y para los que lo rodean. La inaceptación que los padres tenían hacia Dibs, causó estragos en los apenas cinco años de vida del niño. Dado los problemas que el niño tenía por un esfuerzo frustrado de los padres por lograr que su hijo fuera adaptado, tomaron como último recurso la terapia de juego para hacer de Dibs un niño normal en los diferentes ámbitos de su vida como lo eran el hogar y su escuela.
Como bien sabemos, el juego brinda oportunidades de crecimiento físico, emocional, cognoscitivo, social y suele ser placentero, espontáneo y creativo para el paciente niño. Tal y como Virginia Axline decía, la terapia de juego es un método de ayuda al niño problema a ayudarse a sí mismo. El juego ayuda al niño de diferentes maneras, ya que desarrolla habilidades físicas, descubrir lo que es “yo” y “no yo”, extender relaciones, experimentar e identificar emociones, practicar roles, explorar situaciones, adquisición de dominio y representar aspectos problemáticos. Es por medio de todo lo anteriormente mencionado que Dibs, un niño superdotado, pudo adquirir conductas deseadas y regularlo de manera que se pudiera adaptar a cualquier situación.
Axline también mencionaba que la terapia de juego se basa en el hecho de que esto es el medio natural de autoexpresión que el niño utiliza. A lo largo de la lectura del libro, nos pudimos dar cuenta que la terapeuta utilizaba la terapia de juego no directiva en la cual el niño es el responsable de indicar el camino a seguir. La terapia de juego no directiva da permisividad al individuo de ser él mismo, aceptando completamente su yo sin evaluaciones ni presiones parentales.
Según Axline el cuarto de terapia de juego es un lugar que propicia el crecimiento, el niño es la persona más importante y donde él controla la situación, nadie dice lo que tiene que hacer, no hay criticas, regaños ni obligaciones. Es como de esta manera se va generando un cambio en la conducta del niño desadaptado un proceso lento pero a la vez rápido ya que poco a poco el niño va descubriendo su yo.
El libro, es como un paseo extensamente detallado sobre la conducta de Dibs y como esta fue progresando paulatinamente en todos los lugares en donde su vida se desarrollaba.
Al inicio, Dibs era concebido como un niño arisco, totalmente dependiente de los demás, aislado, a quien por sus pocas habilidades sociales tachaban de tener algún tipo de retraso mental. Su relación con sus padres, era totalmente deficiente, sus padres incluso sentían vergüenza por él, nunca les hablaba y cuando lo hacía era únicamente para hacer berrinches. En la escuela, dependía de sus maestras para todo, desde el llegar a su salón de clase, hasta quitarse el abrigo, sus pertenencias y colocarlas en un lugar establecido. Nunca se había logrado integrar con sus compañeros de clase, no participaba en clase, no tenía ni un solo amigo y siempre andaba arrastrándose en las orillas y escondiéndose sin obedecer a sus maestras y mostrando una actitud desinteresada ante todo lo que le rodeaba.
A lo largo de las sesiones de la terapia de juego, se hizo notorio que Dibs era un niño que, al contrario de lo que pensaban sus padres, tenía una gran inteligencia pero que como se mencionó anteriormente, las circunstancias en las que se había desarrollado su vida desde pequeño hicieron que no se desarrollara de la manera más normal, el estar constantemente a prueba por los padres causó que tal y como él mismo expresó, se sintiera solo, no aceptado y lo más importante, no querido percibiendo las actitudes que la gente tenía hacia él a diferencia de las que todos los demás niños recibían. Dibs fue mejorando paulatinamente mostrando leves cambios como el empezar a quitarse el abrigo y ponerlo en su lugar, a hablar un poco más, inició un proceso en el que mejoró su confianza, era más expresivo y poco a poco fue mostrando estos avances en los diferentes ámbitos. Con ayuda de la terapia, fue explorando a su propio ritmo los sentimientos que alojaba hasta lograr convertirlos en otros sentimientos menos negativos lo cual hizo posible que su conducta y sus habilidades sociales fueran mucho más fructíferas.
Tal y como lo expresó su madre, Dibs posteriormente de haber tomado estas sesiones, dio un giro que no esperaban. Su conducta era totalmente otra; tenía amigos, no solamente contestaba cuando conversaban con él, sino en ocasiones era él quien iniciaba las conversaciones. Era expresivo, tranquilo, obedecía, y todas las cosas que antes no hacía. Para complementar esto, también sus maestras se admiraron del gran cambio, en comparación a como era antes de la terapia, Dibs se relacionaba con sus compañeros, participaba, cantaba, bailaba, era autosuficiente en muchas cosas, sabía lo que debía hacer y ya no había necesidad de calmar sus rabietas cuando era hora de ir a casa, es más, ahora le gustaba hacerlo. Después de esto, Dibs siguió creciendo para ser un niño totalmente adaptado quien posteriormente inició sus estudios en un colegio para niños superdotados como él.
En la terapia de juego no directiva según Axline el terapeuta debe cumplir ciertos principios los cuales determinan la efectividad del trabajo terapéutico.
En el libro de Dibs podemos observar como estos principios son llevados a cabo por Axline. La terapeuta inicialmente desarrollo una relación interna y amigable con el niño, acercándose a él pero siempre respetando la distancia entre ella y Dibs, también aceptando al niño tal y como es ya que no pretendía cambiarlo si no al contrario, respeto las ideas, pensamientos y sentimientos de Dibs de manera que no intento dirigir las acciones o con conversaciones del niño, limitándose a observar y reflejar lo que él realizaba.
Mostro interés en el niño y en el juego que este realizaba, esto ayudo a que el niño se sintiera cómodo y seguro al jugar expresando inconscientemente sus emociones. La terapeuta estuvo atenta especialmente cuando el expresaba sus emociones ya que esto ayudo a que ella pudiera reflejar y el niño logro darse cuenta de ellas logrando a que realizara insight al profundizar en su comportamiento, de esta forma responsabilizó al niño de decidir y realizar cambios.
La actitud de Axline fue objetiva y firme, esta actitud debe ser la postura de todo terapeuta; Axline lo reflejo siendo firme ante las persuasiones de Dibs para quedarse más tiempo en terapia, esto lo ayudo al paciente a estructurarse y a saber que todo tiene límites.
En todo momento se pudo observar que la terapeuta no apresuro el curso de la terapia a pesar de que en las primeras terapias no se evidenciaba un avance respeto el espacio de Dibs logrando que fuera un proceso gradual.
Es impresionante como con la ayuda de la terapia de juego, la ayuda del mismo niño y la ayuda de la terapeuta Dibs pudo encontrar su propio yo y poder modificar las conductas no deseadas para él y su familia.