Según la página de internet educacióninfantil.com menciona que los Los niños, las personas de
edad avanzada y las personas con incapacidades corren un riesgo mayor de trauma. Los niños pierden de
forma temporal su visión del mundo como lugar seguro y predecible. Tienen miedo de que lo sucedido
vuelva a ocurrir y de que ellos o su familia se lesionen o mueran. A la mayoría de los niños les resulta
difícil entender el daño, las lesiones y las muertes que pueden surgir de un hecho inesperado o
incontrolable.El modo en que un padre o adulto reacciona ante un niño (o niña) después de un acontecimiento traumáticopuede ayudar a que los niños se recuperen más rápido y de forma más completa.
Diferentes reacciones de los niños:
Aunque a los adultos les puede parecer exagerados, el miedo y la ansiedad de los niños son muy reales.
Los niños tienen miedo a lo desconocido. Tienen miedo a quedarse solos. Después de un desastre, es
posible que comiencen a actuar como si tuviesen menos edad de la que tienen. Pueden reaparecer
comportamientos que antes eran comunes como mojar la cama, chuparse el dedo, apegarse a los padres o
tenerle miedo a gente que no conocen. Es posible que los niños mayores que se mostraban independientes
ahora deseen pasar más tiempo con la familia. Tal vez aparezcan problemas a la hora de ir a dormir:
pueden tener pesadillas, no querer dormir solos, tener miedo a la oscuridad o a quedarse dormidos o a
permanecer dormidos.
Algunos niños expresarán su miedo mediante síntomas físicos como dolores de estómago o de cabeza
o sintiéndose -enfermos-. Todos los niños pueden tener problemas para pensar. Se pueden distraer con
facilidad, sentirse confundidos y desorientados y tener dificultad para concentrarse. Estas pueden ser
reacciones a olores, objetos o actividades asociadas al trauma. Es posible que el niño (o niña) no sea consciente de las causas de estas reacciones o los cambios de comportamiento. La ansiedad y el miedo de los niños son reales; no son demostrados a propósito.
¿Cómo sabemos si necesita ayuda de un profesional? (Psicólogo)
Los niños son increíblemente flexibles, pero pueden verse profundamente afectados por un trauma o una
pérdida. A veces un consejero puede ayudar a un niño (o niña) al brindarle un lugar seguro para hablar sobre lo que pasó y sobre sus sentimientos. La ayuda de un profesional es buena idea si el niño (o niña) muestra alguno de estos cambios por más de tres meses después del desastre:
• Problemas en la escuela con el comportamiento o los estudios.
• Explosiones de enojo.
• Aislamiento de las actividades sociales normales o del juego con otros niños.
• Pesadillas o problemas con el sueño frecuentes.
• Problemas físicos como náuseas, dolores de cabeza, pérdida o aumento de peso.
• Ansiedad intensa o comportamiento evasivo causado por recuerdos de lo que pasó.
• Depresión o una sensación de no tener esperanzas sobre la vida o el futuro.
• Problemas con el uso del alcohol o las drogas.
• Práctica de comportamientos peligrosos.
• Preocupación continua sobre lo que ocurrió hasta que se convierte en el centro principal de su vida.
Ciertos acontecimientos pueden hacer que un niño (o niña) se vuelva más vulnerable a tener problemas. Si un
niño (o niña) ha sufrido pérdidas recientemente como las que resultan de un divorcio, fallecimiento de alguien
cercano o mudanza a un nuevo vecindario, es posible que se sienta especialmente abrumado por el
desastre. Una situación traumática puede reactivar las emociones relacionadas con traumas anteriores y
esto puede ser sobrecogedor.
Ver a un psicólogo no significa que el niño (o niña) tenga un -problema mental- o que usted le ha fallado.
Después de un trauma, muchos adultos y niños sienten que es útil hablar con un psicologo con
capacitación especial en reacciones post-traumáticas que les puede ayudar a entender y hacer frente a sus
sentimientos.
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